La educación, la formación y el aprendizaje permanente contribuyen al desarrollo personal, propician el acceso a la cultura y la ciudadanía activa, por ello es necesario desarrollar políticas de educación, formación y aprendizaje permanente que promuevan la empleabilidad de las personas a lo largo de la vida.
La mejor manera de elaborar estas políticas es a través de un proceso de diálogo social.
Para resultar eficaces, estas políticas han de formar parte sustancial de políticas integrales en los ámbitos económico, social, de mercado de trabajo y de programas destinados al
crecimiento económico y del empleo. La educación de calidad, la formación previa al empleo y el aprendizaje a lo largo de la vida son los tres pilares necesarios para fomentar y mantener la empleabilidad de las personas.
Cuando estén respaldadas por mecanismos transparentes e imparciales de evaluación, certificación y reconocimiento de las aptitudes profesionales, las políticas de educación y formación garantizarán que las
aptitudes adquiridas son transferibles en las empresas, las industrias, los sectores y las instituciones educativas.